domingo, 16 de agosto de 2009

Cómo pasa el tiempo

Tanto tiempo sin poner nada por aquí.
Por un lado la poca necesidad de hacerlo, por otro el poco material.
Apenas hago nada y apenas me pasa nada. O todo lo contrario.
Pero me puede el motivo por el que empecé, que era poner dibujos. Algunos hago.


E incluso me atrevo a experimentar, cosas de dibujante.



Formas de hacer lo de siempre pero de diferente manera.



Mucho lápiz y algo de Photoshop. Las luces poco curradas, me lo tengo que mirar.

lunes, 1 de junio de 2009

Infantil

Cada vez estoy más convencido de que una de las pocas maneras que hay de meter la cabeza en esto de ilustrar es dedicarse a la narrativa infantil.
Aunque casi todo el mundo está de acuerdo en que mi forma de dibujar (si es que la tengo) no le va nada a este tipo de ilustraciones.
Aunque... yo que sé. Me he obligado a hacer algo en esa línea e incluso me he medio inventado una historia sobre una niña adorable e inquieta y sus aventuras mientras intenta satisfacer su curiosidad sobre cómo funcionan las cosas (de ahí su nombre, Sofía).

Bueno, sí. La ilustración publicitaria es otra opción.

martes, 12 de mayo de 2009

Monstruo


A pesar de mi Carlillos. Y además el año es significativo.

lunes, 4 de mayo de 2009

domingo, 12 de abril de 2009

Dibujando...



...de nuevo.

viernes, 6 de marzo de 2009

Memoria

De vez en cuando intento echar la vista atrás, es una especie de ejercicio anti-alzheimer, o quizás una huida, qué se yo. Ciertamente cada vez me cuesta menos trabajo recordar mi infancia y más lo que hice el fin de semana pasado.
Pero vamos, que en esos momentos recurro a una de las cosas que más me sorprenden, el interné de los güevos. Que si una foto del hombre pisando la Luna (me pilló chico pero ya estaba aquí), que si una imagen del tabaco con el que comencé a enviciarme...



que si una canción. Rebuscando en Youtube he encontrado esto:



Que sí, que seguramente sea un truño. Pero se me quedó clavada en la mente, quizás porque la machacaron a base de bien ese verano en los 40 principales. O porque coincidió con una época en que escuchaba mucho la radio, hasta el punto de seguir cómo cuatro colgados hacían una versión audiodescrita de 'La Guerra de las Galaxias' y (creo) escuchaba una y otra vez 'La Guerra de los Mundos' en ese maravilloso LP doble con aquellas ilustraciones.
Por cierto, lo tengo que reconocer, aquella versión de Star Wars fue mi primer contacto con el mundo frikie, la película la vi más tarde.
Bueno, no es verdad, en aquellos tiempos ver Star Wars no era frikie.
Joer, ¡estoy contando batallitas!
Al menos dejemos algo de Toto (sí, menudo nombre) más memorable.



Por cierto, me ha costado tela entrar hoy a mi blog. Aparte de la lentitud me salían mensajes de que ha sido etiquetado como 'inapropiado'. Espero que eso signifique que aún hay en el mundo gente con entendederas y no que la capacidad de decidir antes de razonar ha llegado a mi casa.

martes, 24 de febrero de 2009

Necesidades

Dicen por ahí que el ejercicio genera endorfinas. Sobre ejercicio tengo una idea pobre, sobre las endorfinas una idea inexistente.
El otro día (sábado para más señas) me di una vuelta.



Tardé un par de horas o así, escuchando música y rumiando. La música era estupenda, total, para eso me la he cargado en el reproductor. Lo demás regular. Pero me fijé en varios rinconcitos que estarían bien como fondos para contar alguna historia. También pensé en la historia, pero seguramente nunca vea la luz, para variar. Al volver a casa me puse a trazar el recorrido en Google Maps (aburrimiento donde los haya) y calculé que había andado ¡ocho kilómetros y medio! ¡Para llegar a mi casa! ¡Pero si ya estaba en ella!
Al día siguiente salí a intentar recoger algunos de esos sitios bajo un sol estupendo.




No sé que quería decir con todo esto.

martes, 17 de febrero de 2009

Nervios


De pie, mirando sin ver, un cigarrillo ¿otro? ¿dónde está el anterior?
Echo a andar, recorro kilómetros sin salir del salón. La tele está encendida, tiene vida propia, una vida que no comparto pero al menos rompe el silencio. Silencio ya tengo, no lo necesito.
Me siento, me levanto ¿he llegado a sentarme?
No estoy acostumbrado a verme así, no es que no lo haya estado antes, pero no me acostumbro.
El suelo apenas me sostiene, el vértigo, la náusea, miro adelante y se confunde el espacio y el tiempo, ambos desconocidos.
El mundo se mueve y me arrastra con él, la única manera de detenerlo es moverse en otro sentido. Movimiento, algo tan relativo, tan inusual.
El mundo se mueve. Habrá que conducirlo.

domingo, 8 de febrero de 2009

Mi primera vez

El que espere leer temas escabrosos en esta entrada, ciertamente se aburre.
Hoy me he tirado al monte (sin dobles sentidos). Y no, no es la primera vez, ya he contando el tema de la incompatibilidad entre el campo y mis pulmones. Hoy ha sido mejor, seguramente porque la ruta era para viejecillos o porque estoy en mejor forma, lo del cartel del Incerso me hace dudar.
El sitio es bonito.



Con piedras, árboles, sin semáforos, vamos, lo que es un campo. Es curioso como cambia la mentalidad cuando cambia el escenario. En un ruta de hora y algo nos hemos cruzado con, no sé, veinte personas o así y he pensado 'esto está abarrotado'. Seguramente me cruzo con más en un minuto parado en el portal de casa.
Pero el caso es que al rato de tirar para arriba han comenzado las primeras señales.



Y poco después, casi de improviso...



Sí, es la primera vez que estoy en la nieve. Una tontería como otra cualquiera, hay tantas cosas que no he hecho, pero ésta ha estado bien. Es verdad que siempre me la había imaginado de otra manera, más suave, más en plan peli, y al final es exactamente igual que la que se pega a la bolsa de croquetas que tengo en el congelador.
Bueno, es diferente. La del campo me daba casi penilla pisarla, aunque bueno... la de las croquetas también.
Si es que al final novedad, lo que se dice novedad...

martes, 3 de febrero de 2009

Deberes

Tan pocas cosas que contar, tantos días sin escribir, el encefalograma más plano que... ni siquiera se me ocurre la comparación.
Habrá que quemar cartuchos para que esto siga un poco vivo.
Hace tiempo que lo encontré y dudaba entre ponerlo aquí o no, por eso del anonimato y esas cosas, pero bueno, el que sepa de qué va ya sabe lo que tiene que saber y el que no... no lo necesita.


Por supuesto es fruto de horas de aburrimiento delante de un monitor. Internet empieza a ser demasiado grande, demasiado complejo, hay casi de todo. Quizás llegue el día en que sea tan complejo que albergue cualquier cosa que sea posible: una foto del asesino de Kennedy, los números de la Primitiva de la semana que viene, la fórmula de la Coca-Cola...
¡Bah! Tonterías. Una cantidad infinita de información necesita una cantidad infinita de materia para almacenarla.

jueves, 22 de enero de 2009

Vecinos

Desde mi casa no tengo buenas vistas, no veo el mar, ni el campo, de hecho ni siquiera una triste calle. Sólo bloques y más bloques, como cajas que, supongo, están llenas de personas, cada una con su historia, la mayoría sin ella.
No soy mucho de mirar ventanas salvo que haya vecinas y tangas, y la época no acompaña: estufas y mantas liadas a la cabeza, habrá que eperar unos meses, al menos no habrá estufas.
Pero hoy he entrado a mi dormitorio a oscuras, no porque esté ahorrando energía sino porque se me ha fundido la bombilla y algo me ha llamado la atención. Lo llevo viendo ya varios días pero como que no terminaba de llegarme al cerebro, ha sido como un martillazo. En el edificio de enfrente, tras unas cortinas, se ven luces. Luces parpadeantes de colores. Sí. Un árbol de Navidad.
Estamos ya a 22 de enero, la Navidad ha sido sustituída por una cuesta que durará un par de años y alguien tiene aún un árbol con las luces encendidas. Quisiera pensar que pertenece a una maciza sin compromisos y con cerebro, ilusionada con lo que le depara el futuro, ataviada con un camisón transparente y que se dedica a lanzar señales luminosas en morse buscando un sentido a su vida. Pero no, he medido la frecuencia de los destellos y es el típico ritmo de las bombillitas compradas en un chino cualquiera.
Seguramente el inquilino sea un tío cervecero demasiado flojo como para desmontar el árbol y que se dedica a encenderlo por la noche por si acaso las bombillas provocan un incendio y le ahorran años de rellenar momentos vacíos con más momentos vacíos.
Pero igual no.
Podría ser una persona que este año decidió celebrar la Navidad después de mucho tiempo sin tener nada que celebrar. Que fue al Corte Inglés a buscarse el árbol más caro de la planta, seguramente del mundo, porque había decidido que las cosas iban a cambiar y la única manera de enfrentarse al futuro era con esperanza. Que buscó cuidadosamente los adornos más espectaculares, más entrañables, las guirnaldas más navideñas, las luces más cálidas. Luego lo montó en su casa con el alma en vilo, disfrutando cada caja abierta, cada gesto, cada detalle. Dando un par de pasos atrás cada dos por tres para que la belleza de lo que estaba creando le llenara mientras lo hacía, nervioso como un crío en la noche de Reyes.
Y en uno de esos paseos hacia atrás, tropezó, quizás tenía un perro, pequeñito, de esos que acompañan sin molestar demasiado. El perro aulló, el intentó no pisarle demasiado fuerte, se cayó. Su cuello golpeó contra la mesa de la salita, pero nadie escuchó el 'crack', era día de fútbol y los vecinos estaban demasiado atareados desgañitándose por lo mamón que podía llegar a ser un tío con un silbato.
No murió. Simplemente no podía moverse, sus brazos, sus piernas, su cuerpo, se habían divorciado de su cerebro en un momento. Al menos las luces parpadeaban, daban calor.
Comenzó a gritar, pero ¿quién escucha los gritos?.
Los días pasaron, el sol iba y venía, el hambre dejó de ser un problema para dejar paso a la sed. Escuchaba mordisqueos, su perro se le acercó a la cara con el hocico tintado de rojo y meneando la cola.
Intentó no volver a abrir los ojos.

Aún veo las luces del árbol.

miércoles, 21 de enero de 2009

Satisfacción

Mira que lo intento, pero la telepatía no funciona. Quizás no existe, o al menos yo no la tengo. Miro y miro, veo alrededor, intento salir de mí mismo... y nada.
Al final lo que me relaciona con otras personas es el lenguaje. Lástima que no lo inventase yo, sería menos complicado. 'Sí', 'no', poco más. Pero resulta que viene de lejos, que había gente hace mucho peleándose por hacerse entender.
'Satisfacción'.
Del latín, para variar.
'Satis': bastante. Una medida, más de lo necesario o esperado.
'Faccio': en una de sus acepciones, capacidad.
Total, más lleno de lo que se esperaba. Plenitud.
No es de extrañar que la palabra que más me atraiga sea 'insatisfacción'. Es casi como decir que tengo hambre, un vacío en mi interior.
Hay gente que incluso lo canta. Gente que me hace joven.

viernes, 16 de enero de 2009

Queridos Reyes Magos

A raiz de una entrada nostálgica anterior en la que enseñaba mi pedazo móvil, que apenas era un cacharro para llamar por teléfono sin cables y poco más (creo que ésa es la definición de móvil). Los Reyes me han venido este año con esto:


Bueno, la Reina Maga (gracias mil, al fin puedo abrir el teléfono cuando me llaman, como en las pelis).
Y digo yo, esta modernización me plantea serios problemas.
Primero: Si los Reyes Magos no existen pero leen mi blog... ¿mi blog no existe? (problema lógico donde los haya, habrá que estudiarlo a fondo porque las implicaciones son terribles, ¿pa qué lo hago? es más ¿yo existo? el Google Analytics ¿mide entradas inexistentes?
Segundo: ¡Tengo más cosas anticuadas!



(Joer, si pican, pican)

miércoles, 7 de enero de 2009

Ya estamos otra vez


Así, sin darme cuenta resulta que me asombró estar en el año 2000 y ya nos encaminamos irremediablemente hacia el 2010. Cada vez tengo menos tiempo para dibujar algo que poner en la entrada de año.
Encima este año inspira poco, salvo ganas de que pase. Bueno, feliz 2009 pese a todo.